CULTURA Y SALUD
Nuestras costumbres, nuestros hábitos alimenticios, la manera en la que entendemos la salud y la enfermedad, nuestra religión…, todos esos factores pueden influir en nuestra salud y en la manera de comunicarnos con el sistema sanitario. Así, pensemos que la manera en la que se expresan los síntomas o el dolor puede variar de una cultura a otra, al igual que lo hace también de una persona a otra.
DERECHOS FUNDAMENTALES
La Ley 41/2002, reguladora de la autonomía del paciente y de sus derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica establece que: «La información y la documentación clínica serán verdaderas y se comunicarán al paciente de forma comprensible y adecuada a sus necesidades» (Cap. 2, Art. 1). Los mediadores (mediadores y mediadoras) e intérpretes representan un pilar fundamental para la garantía de estos derechos.
MEDIACIÓN EN LOS SERVICIOS SANITARIOS
Hoy en día podemos encontrar mediadores interculturales en diversos centros de atención primaria y hospitales de España. Se trata de una figura profesional incipiente que todavía carece de reconocimiento y cuyas funciones todavía no están delimitadas. Por lo tanto, los mediadores pueden realizar diferentes labores dependiendo del lugar en el que estén trabajando. No obstante, se les suelen asignar las labores tanto de mediación intercultural como de mediación interlingüística.
Mediación intercultural: el mediador debe asegurar la contextualización y la comprensión de las principales características culturales y sociales que inciden en algunas situaciones. Pensemos por ejemplo en un paciente (un paciente o una paciente) de religión musulmana que no quiere inyectarse insulina durante el mes del Ramadán: el personal sanitario puede requerir la ayuda de un mediador intercultural para negociar una solución a esta incompatibilidad entre las indicaciones médicas y las costumbres del paciente.
Mediación interlingüística: interpretación en consulta médica y traducción de materiales informativos. El mediador debe poseer competencias en traducción e interpretación y acogerse al código ético de los intérpretes (los intérpretes y las intérpretes) en los servicios sanitarios.
CÓDIGO ÉTICO
Todavía no existe un código ético establecido para los mediadores interculturales que trabajan en el ámbito sanitario. Sin embargo, si nos centramos en la mediación interlingüística (la interpretación), podemos constatar que diversas asociaciones de intérpretes médicos han abogado por establecer un código ético para esta profesión. Muchas de ellas coinciden en establecer los siguientes principios:
• Imparcialidad: no posicionarse del lado de ninguna de las partes.
• Neutralidad: no interponer opiniones personales.
• Exactitud: transmitir un mensaje fiel al original, sin añadir ni omitir información.
• Confidencialidad: de todo lo que se dice en consulta médica.
• Integridad: no aceptar trabajos para los que no estemos capacitados.
MEDIACIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD
En el ámbito de la promoción de la salud con población inmigrante, los mediadores (los mediadores y las mediadoras) interculturales son un factor clave para que las actividades de prevención sean efectivas.
En primer lugar, los mediadores nos permiten saber cómo trabajar la idea de «prevención» con poblaciones procedentes de culturas sanitarias diferentes, en las que puede que esta noción no tenga tanto peso como en nuestro modelo de salud.
Es muy importante contar con mediadores procedentes y conocedores de la población destinataria con la que se vaya a trabajar. Sin embargo, existen mediadores que ejercen una gran labor trabajando con personas que no pertenecen a sus comunidades y tampoco debemos pensar que solo por pertenecer a la población destinataria, el mediador vaya a ser competente.
De cualquier nacionalidad, hombre o mujer, joven o no tanto, los mediadores pueden ser un pilar fundamental para el impacto de un proyecto de promoción en salud desde su diseño: nos ayudarán a saber cuáles son las vías para hacer llegar nuestro mensaje, a quién transmitirlo, dónde y de qué manera.
Pueden ser muy útiles a la hora de abordar temas tabúes como lo pueden ser la muerte o la sexualidad, y también a la hora de elaborar material divulgativo.
Si además son conocedores de varias lenguas y poseen competencias en traducción e interpretación, podrán ser un gran apoyo en la comunicación interlingüística.